LAS AVENTURAS DE SHARKBOY Y LAVAGIRL EN 3-D
LAS AVENTURAS DE SHARKBOY Y LAVAGIRL EN 3-D (6/10) | |||
Max es un niño introvertido al que le cuesta hacer amigos y que se refugia en sus historias para huir de la realidad. Esas historias surgen de sus sueños y la película comienza con la presentación de dos de sus creaciones más queridas: Sharkboy (un niño mitad humano mitad tiburón) y Lavagirl (una niña hecha de lava), cuyas aventuras Max escribe en un cuaderno que siempre lleva consigo. Aunque los demás niños en el colegio se ríen de él, todo cambiará el día en que Sharkboy y Lavagirl se presenten en su escuela para llevárselo con ellos al planeta Baba, ya que según los héroes surgidos de su imaginación sólo él puede ayudarlos a conseguir que dicho planeta no "se muera". Cuando Robert Rodriguez afirma que su hijo de 7 años le ha ayudado a escribir el guión de la película que nos ocupa no podemos más que creerlo a pies juntillas. Y es que Las aventuras… es un film que parece ideado para satisfacer las necesidades de un niño y esto, por otra parte, es la fuente de sus aciertos y sus errores. Robert Rodriguez toma la premisa de la obra literaria de Michael Ende La historia interminable y nos la cuenta a través de sus ojos (con lo que ello conlleva de bueno y malo). Así, Rodriguez fabrica una película genuinamente pensada para que sus hijos (y los del resto de mortales) disfruten... y nada más (y nada menos). Además, llena la historia de pequeños mensajes subliminales con los que juega (ya de forma adulta) a contarle a los niños que la imaginación debería primar sobre los juegos eléctricos y que los sueños nunca podrán ser sustituidos por "inventos" que nos satisfarán a corto plazo pero que no llenarán nuestra alma ni nos ayudarán a desarrollarnos como personas completas. Como veréis, en toda la crítica que vengo haciendo hacia esta película siempre hay una gran dualidad; y es que es muy difícil valorar un producto como el que nos presenta Rodriguez. Evidentemente, comparada con una "BUENA PELÍCULA", Las aventuras... no llega a ser nunca nada especial ni destaca en casi ningún aspecto; sin embargo, vista como un divertimento inofensivo (y, por qué no, educativo) para niños, resulta altamente efectiva. La dirección de Rodriguez es la habitual en él, con muchos efectos especiales y alguna que otra técnica experimental. Derrocha imaginación en muchos aspectos y las partes en 3-D están aceptablemente conseguidas. Como en otras ocasiones, Rodriguez no deja de dotar al film de cierto aire cutre y casero (el cual no puede evitar, ya que el film es "casi-casero") que, en valoraciones estrictamente cinéfilas no convencería en absoluto, pero que a nivel de entretener a los más pequeños de la casa no supone ningún atraso o impedimento. Además, en su afán por contentar a los niños, Rodriguez se "inventa" algunas secuencias para hacer soñar a los más pequeños (¿qué niño no querría ser Sharkboy durante la pelea que éste mantiene con unos "perro-enchufes", dando volteretas, saltos y repartiendo puñetazos a diestro y siniestro?). Personalmente, con Las aventuras... tuve la misma sensación que cuando ví, por ejemplo, el primer Harry Potter, pero a otra escala: pensaba ¿a qué "pequeñajo" no le gustaría estar en la piel de los protagonistas? Hace 20 años esta sensación nos la proporcionaban películas como Los Goonies y ahora, como los niños saben más que antes y parecen crecer más rápido en algunos aspectos, hay que buscar la misma sensación en un sector con algo menos de edad y al que hay que ofrecer aventuras espaciales en tres dimensiones en lugar de historias de piratas y tesoros escondidos... los tiempos cambian pero las ideas comerciales y artísticas son las mismas. Los efectos especiales juegan un papel muy importante en Las aventuras..., ya que la mayor parte de la historia transcurre en un mundo imaginario creado íntegramente por ordenador. En general, son correctos y cumplen perfectamente su misión (de nuevo, vistos con lupa podrían considerarse no gran cosa, pero sí son más que dignos). Rodriguez juega con los colores, las formas y las texturas para dar vida al mundo fantástico de Max y sus amigos. En cuanto a la partitura, Rodriguez vuelve a reunirse con John Debney y Graeme Revell tras su buena experiencia conjunta en Sin City y entre los tres consiguen crear un score muy adecuado a las imágenes y que destaca en más momentos de los previstos, dejando una muy buena sensación al espectador (y oyente). Los actores quizás sean el punto más flojo de la cinta. Como siempre, es indudable que a los niños les importará bien poco la excesiva sobreactuación de Sharkboy (es más, les hará gracia) o la sosez de los padres de Max, pero lo cierto es que el nivel interpretativo de la cinta no es ni mucho menos excelente. Los niños están todos faltos de "tablas" y da la sensación siempre de que se trata de unas actuaciones familiares y muy caseras (casi improvisadas y sin ensayos previos)... lo que redunda en que haya momentos en la cinta en que las actuaciones de todos resultan algo forzadas. Especialmente destacable en sentido negativo es la actuación de Taylor Lautner (Sharkboy), que se mueve muy bien en las secuencias de acción pero no tanto en el resto de escenas, siendo mucho más aceptables las de Cayden Boyd (Max) y Taylor Dooley (Lavagirl). En la parte adulta, sin duda el mejor es George Lopez, que encarna de forma suficientemente convincente al profesor Mr. Electricidad y al malo en el mundo de sueños de Max, Mr. Electric, entre otros personajes. Las aventuras de Sharkboy y Lavagirl en 3-D es una película exclusivamente para niños (y niños pequeños además… no se puede convencer ni contentar a un pre-adolescente actual con un producto de estas características). Es más, es exactamente el tipo de película que habría dirigido un niño de 10 años si tuviera los conocimientos técnicos (y recursos económicos) necesarios. Y es que puede que Robert Rodriguez no sea más que eso: un niño de 10 años con los conocimientos técnicos (y recursos económicos) necesarios para poder hacer películas; el tipo de películas que de vez en cuando, aparte de entretener y divertir a los más pequeños de la casa, transmiten un mensaje con fundamento... algo así como un plato de verduras servido envuelto en un colorido papel de dibujos animados. Lo mejor: La imaginación de Rodriguez, que la película resulte entretenida (incluso para los adultos) y lo bien que se lo pasan los niños. |